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Hospital de Inocentes 

  Nombre del Autor: Santiago Montobbio
 

montobbio@telefonica.net

Palabras clave:  Poesía -muy personal -fuerza

Minicurrículo: Licenciado en Derecho y Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona. Profesor de Teoría de la Literatura y Crítica literaria de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED. Publicó por primera vez como escritor en la REVISTA DE OCCIDENTE en mayo de 1988 (Madrid, Nº 84). Estos poemas se incluyeron en "Hospital de Inocentes", al que siguieron "Ética confirmada" y "Tierras" (Francia, 1996). Sus obras en prosa se han editado con frecuencia en EL NORTE DE CASTILLA (Valladolid) por decisión de Miguel Delibes. Ha publicado en numerosas revistas de España, Europa y América, y ha sido traducido a varios idiomas. Ocupa la vicepresidencia de España de la Association pour le Rayonnement des Langues Européennes (ARLE), de Neuilly-sur-Seine, y es corresponsal en Barcelona de su revista EUROPE PLURILINGUE, que publican las Éditions Université Paris 8 (París).

Resumo: Estes poemas de Santiago Montobbio fazem parte de seu livro "Hospital de Inocentes" (1985-1987), publicado em janeiro de 1989, após terem saído alguns em maio 1988 na Revista de Occidente (Madrid, Nº 84). Este livro mereceu o reconhecimento espontâneo de ilustres autores. Destacamos o testimunho de Juan Carlos Onetti ("Me hace feliz escribirle porque su libro HOSPITAL DE INOCENTES es muy bueno y de manera misteriosa siento que coincide con mi estado de ser cuando estoy escribiendo") e o de Ernesto Sabato ("Matilde me ha leído algunos de tus poemas. Son magníficos").

Resumen: Estos poemas de Santiago Montobbio forman parte de su libro "Hospital de Inocentes" (1985-1987), que se publicó en enero de 1989, después de que hubieran salido algunos en mayo de 1988 en la Revista de Occidente (Madrid, Nº 84). Este libro mereció el reconocimiento espontaneo de ilustres autores. Destacamos el testimonio de Juan Carlos Onetti ("Me hace feliz escribirle porque su libro HOSPITAL DE INOCENTES es muy bueno y de manera misteriosa siento que coincide con mi estado de ser cuando estoy escribiendo") y el de Ernesto Sabato ("Matilde me ha leído algunos de tus poemas. Son magníficos").

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HOSPITAL DE INOCENTES
 
El papel en blanco jamás es sólo el papel en blanco:
hablar de eso es hablar fácil, mas no el decir -y es cierto-
que la página en la soledad más profunda consumida
es la vida sin versos o llena de los poemas que nadie,
de los que eres tú, ha de poder escribir nunca.
Porque puede quedarme un amor, una sombra y un olvido,
y más que eso ha de quedarme un modo
de hacerme daño, hasta el fin y en la noche
un modo de afilar la puntería
para arruinarme y perseguirme
a través de la agotadora y muy extraña cacería
en que soy arma, a la vez presa.

 

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LOS TRABAJOS Y LOS DÍAS
 
Haber escrito tan en la sombra como para que quieta sangre sea
la que duerma una obra; haber escrito la sombra o haberla sido,
desde sus clausuradas ventanas haber dicho adiós las mismas veces
que huérfana es la tierra, vanamente haber hincado
en el papel silencios
que resultaron al fin
no ser llaves maestras
y que después de haber conseguido
soportar así la vida -procesiones de fracasos
en las telarañas de la tinta- ya muerto
te publique algún poema
una desconocida revista de provincias
y que entonces alguien los encuentre cualquier cosa,
que alguien los encuentre -es un ejemplo- francamente divertidos.
 
HISTORIA VERDADERA
 
Bajés del sueño, del sol y el miedo.
Bajé y seguí bajando. No había nada.
Desée volver. Pero en el descenso
había olvidado cómo a la infancia
del primer verso trepar de nuevo.
Y así (niños y niñas) me quedé solo,
de ninguna parte rey y en mi noche
por nadie abandonado. Y esta sola
historia verdadera es el poeta.

 

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LOS IMPROBABLES TIEMPOS
 
La cálida o porosa tinta de mis sueños
afónicos pájaros da a un torso
sobre el fino papel vegetal de la memoria
y esos pájaros pueden igual ser lunas tardías
que el oculto alfabeto con que unas piernas
sin un solo respiro reelaboran nuevo el mundo.
Y mientras reconstruyo de tu amor estos instantes mínimos
sé que soy legión de vivos, que desiertos
y ciudades se hacen nada
si camino poblado por tus rostros
y sé que puedo abrazar en cualquier momento
el exacto gesto con que lanzaba yo al vacío un cigarrillo
para dejar que cambiaras los discos dulces de mis ojos
y que puedo cuando quiera acompañarme repitiendo
el modo en que convertías las esquinas
en absolutos azules sin demonios.
 
Y saber que hasta tal punto
era vivir entonces estas cosas
que podíamos sin especial esfuerzo
creer que el alba
no era del todo mentirosa.
 
Pero los improbables tiempos de las almas
un día se disecan.
Ya sólo guardo sombras.
Sobre el autor:
nombre: Santiago Montobbio
E-mail: montobbio@retemail.es
Home-page: [no disponible]
Sobre el texto:
Texto insertado en la revista Hispanista no 11
Informaciones bibliográficas:
MONTOBBIO, Santiago. Hospital de inocentes - Los trabajos y los días - Historia verdadera - Los improbables tiempos. In: Hispanista, n. 11. [Internet] http://www.hispanista.com.br/revista/artigo100.htm 
 

 

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