HISPANISTA - Vol IX 35 -octubre - noviembre- deciembre de 2008
Revista electrónica de los Hispanistas de Brasil - Fundada en abril de 2000
ISSN 1676-9058 ( español) ISSN 1676-904X (portugués)
Editora general: Suely Reis Pinheiro

Ética y moral

Alexis Márquez Rodríguez

Mucha gente considera sinónimos las sustantivos “ética” y “moral”. En principio tienen razón, porque ambos vocablos, que son polisémicos, poseen algunas acepciones en las que, efectivamente, son semánticamente equivalentes. La palabra “ética” se define de la siguiente manera: “1. adj. Perteneciente o relativo a la ética. 2. adj. Recto, conforme a la moral. 3. m. desus. Persona que estudia o enseña moral. 4. f. Parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre. 5. f. Conjunto de normas morales que rigen la conducta humana. Ética profesional” (DRAE). Obsérvese que las acepciones 1 y 2 definen “ética” como adjetivo, mientras que las restantes lo dan como sustantivo. De “moral”, por su parte, dice el DRAE: “1. adj. Perteneciente o relativo a las acciones o caracteres de las personas, desde el punto de vista de la bondad o malicia. (…). 4. f. Ciencia que trata del bien en general, y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia. 5. f. Conjunto de facultades del espíritu, por contraposición a físico (…)”. (Tiene otras acepciones que no vienen al caso). También en esta definición la primera acepción corresponde a un adjetivo, y las otras a sendos sustantivos.

No obstante la sinonimia entre “ética” y “moral”, patente en algunas de las acepciones de ambos vocablos, en la práctica se tiende a distinguir entre “ética” entendida como “Parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre”, y “moral” definida como “Perteneciente o relativo a las acciones o caracteres de las personas, desde el punto de vista de la bondad o malicia”. Es decir, la “ética” entra en el campo de la filosofía, de hecho es la rama de esta disciplina que estudia teóricamente los principios del comportamiento humano, mientras que la “moral” pertenece al dominio de la psicología, que es la ciencia que se ocupa de estudiar las formas del comportamiento humano, pero no desde el punto de vista teórico, sino en función de los hechos concretos claramente perceptibles.

Esta distinción es sumamente útil e importante, por lo que vale la pena fomentarla y procurar su arraigamiento.

“Ética” es de origen griego, de “ethika”. “Moral” proviene del latino “moralis”.

Recular

La palabra “recular” no es obscena. Tampoco vulgar. Supuestamente obsceno es lo “Impúdico, torpe, ofensivo al pudor” (DRAE). Supuestamente porque el hecho de que algo, sobre todo el lenguaje, sea “Impúdico, torpe, ofensivo al pudor” es subjetivo, depende de las personas, no del lenguaje. En cambio, “vulgar” es lo “Perteneciente o relativo al vulgo. (…) 2. adj. Común o general, por contraposición a especial o técnico. 3. adj. Que es impropio de personas cultas o educadas (…)”. Como se ve, nada tiene que ver, en cuanto al significado, lo “obsceno” con lo “vulgar”, aunque de hecho cualquiera de las llamadas palabras obscenas en un momento dado puede ser vulgar. En cambio, una vulgaridad no necesariamente tiene por qué ser obscena.

Lo que para algunas personas hace que “recular” sea vulgar, y es posible que obscena, es sin duda que se trata de una palabra compuesta, en cuya composición entra el vocablo “culo”, palabra esta víctima injustamente del desprecio y de la aversión de ciertos espíritus pacatos y, por regla general, hipócritas, al menos en relación con el lenguaje.

Según el DRAE “recular” es “1. intr. cejar (? retroceder). 2. intr. coloq. Dicho de una persona: Ceder de su dictamen u opinión”. Equivale, pues, a “retroceder”, “dar marcha atrás”, “devolverse”, “rectificar”, “echarse para atrás”, “desdecirse”, “contradecirse”, etc.

El verbo “recular” se aplica en cualquier actividad, bien sea en las decisiones que en un momento dado se adopten y luego se rectifiquen o revoquen, bien sea en el terreno del lenguaje, cuando se dice algo y después quien lo dijo se contradice o dice lo contrario.

No siempre “recular” es innoble. Muchas veces la “reculada” es positiva, y hasta puede suponer en quien la practica un acto de dignidad y decoro. Sin embargo, la gente tiende a usar ese verbo con cierto grado de desprecio y de censura, atribuyendo implícitamente a quien “recula” una actitud vacilante u oportunista. Generalmente se emplea “recular” con un sutil tono de burla. Cuando la actitud del que “recula” merece reconocimiento y elogio se prefieren otros verbos, como rectificar, corregir, etc.

“Recular” nos viene del francés “reculer”, que a su vez deriva de “cul”, que es “culo” en ese idioma.



Sindéresis

El comportamiento humano es objeto de estudio y de calificaciones muy diversos. Varias son las ciencias que se ocupan de ello, particularmente la Psicología, e incluso la Filosofía le dedica toda una rama o disciplina, como es la Ética.

Entre los conceptos que se refieren al comportamiento humano destaca el contenido en el sustantivo “sindéresis”. El DRAE la define como “Discreción, capacidad natural para juzgar rectamente”. El mismo DRAE registra “discreción” como “1. f. Sensatez para formar juicio y tacto para hablar u obrar. 2. f. Don de expresarse con agudeza, ingenio y oportunidad. 3. f. Reserva, prudencia, circunspección”. El concepto de “discreción”, equivalente de “sindéresis”, define y precisa mejor lo que quiere decir esta última palabra.

Otros diccionarios son más precisos en su definición de “sindéresis”. El CLAVE, diccionario de uso del español actual, por ejemplo, dice lo siguiente: “sindéresis. Discreción, buen juicio o capacidad para juzgar acertadamente: La sindéresis debe ser esencial en cualquier juez (…)”.

La “sindéresis”, pues, supone una importante virtud de la inteligencia y del entendimiento humanos, consistente en la capacidad de tomar decisiones y emitir juicios sensatos y positivos. Lo contrario, en efecto, de la “sindéresis” es la “insensatez”, definida esta por el DRAE como “1. f. Necedad, falta de sentido o de razón. 2. f. Dicho o hecho insensato”.

Aunque los diccionarios no lo dicen expresamente, la “sindéresis” supone también la capacidad para emplear un lenguaje que exprese cabalmente el sentido de los juicios y decisiones que se adopten.

Como es obvio, la “sindéresis” es virtud indispensable, no sólo en los jueces, sino también en los políticos, gobernantes, empresarios, sacerdotes, legisladores, dirigentes de todo tipo, y en general en todos aquellos que deban emitir juicios y tomar decisiones de cualquier tipo.

Como concepto filosófico la “sindéresis” se define como la “Facultad o hábito del entendimiento para conocer los primeros y más generales principios de la vida moral (…)”. (M. Seco et al: Diccionario del español actual).

“Sindéresis” viene del griego “synteresis”, derivado de “syntereo”: “yo observo, estoy atento”.